Amigos de la reflexión

sábado, 18 de octubre de 2014

Si me caigo, me vuelvo a levantar.

A lo largo de los últimos meses he tenido mucho tiempo, quizás demasiado, pero quizás también el suficiente y necesario para poder pensar y reflexionar sobre el lugar en el que me hallaba en mi vida ahora mismo, pensar en donde estoy y hacia donde quiero ir a partir de ahora. Durante, sobre todo los dos últimos meses, he tenido mucho tiempo libre al solo tener dos asignaturas y otras seis horas restantes libres en las que tenía varias opciones para matar el tiempo, pensar, escribir y estudiar, y lo mejor de todo, he podido ir haciéndolo todo poco a poco.
Bien, como os contaba he tenido mucho tiempo para pensar y darme cuenta de la vida que estaba llevando, conformándome con poco, pudiendo aspirar a más, y dándome cuenta de quien si y quien entre la gente que me rodeaba, y digo gente sí, porque en las buenas están todos pero en las malas, todos desaparecen y solo quedan unos pocos. Muchos pensaréis que es una pena o una desgracia hablando finamente, pero yo me pongo a pensar, y viendo la parte positiva a todo esto, no ha sido una mala experiencia, sino una experiencia de la que aprender y la cual me ha enseñado que muchos dicen ser tus amigos pero la gran parte de ellos solo son meras hienas esperando tu caída y poniéndote la zancadilla a la mínima oportunidad que tienen, pero la mejor parte es que pese a todo no consiguen hacerme caer y me hacen más fuerte con todo esto.
Puede que penséis que qué narices hago escribiendo aquí esto, pero en parte es para desahogarme, pero por otro lado, esto lo hago porque puede que haya mucha gente como yo y que se sienta identificada, e incluso, puede que ayude o puede que no, eso es vuestra elección.
Volviendo a donde me hallaba, al principio debo admitir que no lo pase bien, ¿quién lo pasaría bien sabiendo que sus amigos le han defraudado y que, puede que en realidad ninguno de los que consideraba amigos lo fuesen?, pero con el tiempo reflexioné, y con la ayuda de varias personas empecé a ver aquella situación desde otra perspectiva y para mi sorpresa, tenían razón, esto no debía tomármelo como algo malo sino como algo de lo que aprender y que me abrió los ojos que llevaba cerrando varios meses, días o años, quien sabe cuanto tiempo.
Después de todo este tiempo pensando y reflexionando y escribiendo hasta que mis dedos sangren, hasta que la leve silueta de las teclas se quede marcada en mis yemas, he crecido como persona, he encontrado una parte de mí que nunca sabía que había existido y he empezado a darme cuenta que la gente tiene diversas opiniones y que nunca llueve a gusto de todos y que no debe importarme lo que digan de mí gente que no me conoce. Pero, la cosa más importante que he aprendido es que aún hay gente de verdad, y que pese a todo lo que ocurra los que han estado siempre, siempre estarán y que aunque venga gente nueva, pueden convertirse en las personas más importantes y que más se preocupan de ti de todas. Por ello, aunque no lo vayan a leer y si lo leen, sabrán quien son, GRACIAS.

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