Amigos de la reflexión

viernes, 17 de octubre de 2014

A dónde vamos a parar...

La gente de hoy en día tiene un concepto un poco distorsionado de las cosas, no sé si soy yo que me he vuelto un poco antigua sin haber llegado a la veintena pero pienso que las cosas que ocurren hoy en día no son del todo normales, llamadme locas si queréis. Muchos os preguntaréis que de que c*** hablo, pues bien, hablo de todos aquellos jóvenes, les agruparé así, de menos de quince años cuyo mayor propósito en la vida es salir, pero a emborracharse o cogerse un "pedo descomunal" hasta acabar al borde del coma etílico en muchos de los casos. Otro de sus propósitos es el de querer crecer demasiado rápido, fumar con once, doce o trece años a mi me parece algo que debería preocuparnos y que se debería cambiar. Por otro lado, pretenden tener novios y novias y ser lo suficientemente maduros como para poder llevar bien una relación, lo que me lleva a fijarme en las noticias que salen últimamente en los telediarios sobre el aumento de la violencia de género en adolescentes y menores de edad, todo porque quieren tener el poder y creerse mayores, y me pregunto qué hemos hecho mal.
Eso resumiendo solo la adolescencia de ahora, donde es normal encontrarse a niños de once años de fiesta borrachos y que compiten por ver quien bebe más, pero ahora pasemos a la infancia.
La infancia, esa gran etapa que todos recordamos a trocitos y que es probablemente la mejor de todas y a la que siempre queremos volver, salir a jugar al fútbol, a los coches, al escondite, a fuga, a bomba, a las muñecas, a lo que sea, la razón de todo esto era salir de casa y estar por ahí hasta que se hiciera de noche y se encendieran las farolas con tus amigos, pasar el mayor tiempo posible con ellos. ¿Qué ha sido de esas interminables tardes con amigos en un parque? Pues os lo diré desde mi punto de vista, puede que me equivoque o puede que no pero hay una cosa que se llama derecho de libertad de expresión y pienso hacer uso de éste hasta que pueda. Bien, desde mi punto de vista esas tardes que tanto añoramos nosotros, se han convertido en "quedar con tus amigos" para jugar, pero cada uno con su móvil, su tablet, su psp o su nintendo, otros en cambio no salen porque para qué teniendo una play station en casa o los mejores juegos del mercado, total para qué. Cuando veo a los niños de ahora, me pongo en su lugar y pienso que qué triste tiene que ser que cuando se hagan mayores los únicos recuerdos que tengan sea jugar metido en una casa a la play station y no haber llegado a casa con la ropa manchada, con alguna herida que tu madre curaría con un sana sanita, de jugar al fútbol y discutir por quien debe ir a por el balón, de jugar al escondite y del " por mi y por todos mis compañeros".
Sinceramente, estas generaciones sabrán mucho de tecnología, cosa que no dudo ni dudaré porque es obvio y se ve a simple vista, pero no sabrán de lo que es saber divertirse sin tener una tecnología de por medio. Y respecto a las generaciones más mayores, no tengáis tanta prisa de crecer, que en esta vida hay tiempo para todo y cuando el tiempo pase os daréis cuenta de que las prisas no son buenas, y que lo que se disfruta de a poquito se disfruta el doble.

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